Autorretrato, 1947

Carboncillo sobre papel

46 x 60 cm

Casa-Museo Alfonso Ariza

Mi paso por su taller fue una experiencia extraordinaria. Alfonso tenía una personalidad particular, inquieto y absorto siempre en su arte. Era una persona entusiasta y con mucha ilusión, incluso inocente, con un fondo melancólico. Me enseñó numerosas técnicas y detalles para el desempeño de mi trabajo.

 

CATALINA ALCAIDE Pintora y discípula de Alfonso Ariza